La
obscuridad le cubrió por completo, estuvo así durante horas. No sentía frío,
hambre ni cansancio. Tenía la mirada perdida, miraba más allá, en donde los
ojos encuentran los recuerdos dolorosos.
Pasaron
días, en los cuales el cuerpo se fue marchitando, derrumbándose en sí mismo,
sin dolor, sin amor, sin vida. Era un cuerpo que había sabido amar, abrazar,
dar placer, ahora no era más que un despojo de lo que supo ser.
Pasaron
semanas, nadie supo de él, en realidad no había quien se interesara por él.
Siempre supo que su final sería así, en la absoluta soledad de una habitación
sin puertas ni ventanas.
Su
mente repetía una y otra vez sin cesar todas las cosas horribles de su vida,
su tristeza y la tristeza que causó en los demás. Ya no tenía lágrimas, las había
terminado hacía meses atrás.
Y así
pasaron años, siempre en la misma posición, mirando la nada, en realidad las
imágenes se sucedían en su mente atormentada, imágenes de dolor, frustración y
miedo.
Siguieron
los siglos y el hombre en el mismo lugar, reviviendo todas las miserias que
vivió y que hizo vivir. Su cuerpo era ya una sombra en la pared, solamente sus
ojos destilaban un poco de luz.
Milenios
después solo quedaron esos ojos derrumbados, antiguamente claros, que miraron
más de una vez con amor, que prometieron paz. Ahora eran ojos negros, como la
misma sombra que antiguamente fue su cuerpo, ojos sin vida, ojos de la
eternidad.
Eones
transcurrieron en esa celda de castigo, cuando por fin esos ojos obscuros,
luego de tanto tiempo de condena se dieron cuenta de todo el daño que hicieron.
Pidieron perdón, por primera vez. Y por fin pudieron cerrarse en paz.
QUE PROFUNDA LA DESCRIPCION DE LOS SENTIMIENTOS, MUY BUENO, TE FELICITO GABRIEL!!!!!
ResponderEliminarasi se debe sentir el infierno no?
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