lunes, 2 de septiembre de 2013

LA NOCHE EN PROSA



Destino esquivo que no supo encontrar, ayeres pasaron y las mañanas son confusas. El presente como un regalo no quiere entrar en el pecho acongojado. Solo se sienta en la puerta de las afrentas y traiciones. Traiciones, una palabra tan fuerte que se me atraganta. La saliva espesa quisiera ser tragada, pero la garganta atorada con el corazón, no puede pasar.
Solo el hastío es más fuerte que el dolor. Corazones rotos que fueron atormentados con fantasías de amor inconclusos.
¿Quién no fue endulzado con las suaves caricias de un corazón? Y encontrarse con el amargo despecho de la traición.
La noche es larga, no esta hecha para dormir, para sufrir quizá. En donde el reposo es ganancia de los ingenuos. Para los que viven en la vorágine de la vida es un psicólogo que no cobra en dinero, se lleva las horas de sueño.
Malos pensamientos se acurrucan en la mano, crispadas de furia, blancos nudillos que antaño supieron acariciar, amar, adular. Hoy se meces esperando la oportunidad de dar ese golpe mortal a uno mismo, del que ya nada tiene, del que ya nada tendrá.
Suspiros y susurros llenan la noche. Son cánticos de llanto y dolor. Son alabanzas del corazón roto, esperando, rogando que el cruel martirio termine, para no dar más los ojos en regalía. Los ojos del destino que ya no miran, solo se quedan secos y resquebrajados.
Alguna vez el cuerpo ajado, supo ser un procer alado. El que remontaba en las nubes del cariño. Donde un Te amo era su alimento. En cual se sumergían en aguas del infinito. Para ser uno solo, los dos pares de ojos.
El infierno gobierna en mí, poesías sin escribir, muchos te amo sin decir. Calambres de la mente debo padecer, en donde los misterios del alma quise sostener.
El alma que casi creía tener. El calor espiritual que me sacó al robármelo.
Solo recuerdos de un viaje a donde no fue. Un camino que nadie recorrió.
Sigo esperando los vueltos del corazón. Ese que una vez soñó con razón. Ser el único en la tierra.
Y se partió en dos.