sábado, 17 de marzo de 2012

LA MUJER DE SUS SUEÑOS

Se sorprendió al verla, era una mujer imponente.
Su largo pelo enrulado era como el agua en el desierto para él, tuvo el impulso de pedirle le deje tocarlo, ya que nunca había visto algo tan hermoso en su vida, y era verdad.
Sus piernas firmes marcaban el ritmo de la caminata, se podía vislumbrar la belleza de lejos, el conjunto en sí era fabuloso. Una calza ajustada que quitaba la respiración, no porque le quedaba como pintado en su piel, si no porque le hacía soñar con una piel sedosa y firme para amar.
Sostuvo la respiración un momento, para que nada interrumpiera esa visión, ni siquiera sus latidos. Una remera clara resaltaba su piel apenas bronceada por el verano, pero no era todo esta mujer lo que le quito el aliento, era su rostro lo que lo dejó embobado, al mirarla fijamente un segundo a la cara pudo grabar cada parte y cada imperfección que tenía, esa imagen quedó grabada para siempre en su memoria, era muy observador. Había conocido muchas mujeres a lo largo de su vida y cada una tenia algo que la destacaba en si misma. Pero de esta mujer no podía decir que era lo que le atraía desde el primer momento. Era el todo, era ella misma. Muchas mujeres le gustaron, pero de ninguna se enamoró realmente, no eran para él.
Pero esta visión andante lo había dejado pasmado, recorría en su mente los rasgos grabados a fuego en su cerebro, los recorría una y otra vez; y le agradaba.
Su voz era como la de un jilguero, hablaba rápido sin abrir mucho la boca y el se divertía tratando de seguirle el ritmo a su charla veloz. Pero su sonrisa…cuando sonrió se iluminó todo a su alrededor. Pudo sentir como el sol se opacó al sonreír ella. Su sonrisa le recordó la paz que le daba mirar el lago, como se perdía en la profundidad de las aguas, soñando despierto con hadas del bosque. Esa sonrisa le curo el corazón atormentado por la vida.
Era inteligente, las palabras las decía perfectamente y pudo sospechar que hubiera sido una gran profesional ejecutiva en alguna empresa si hubiera querido.
Tuvo un atisbo de temor, miedo a enamorarse de esa mujer inteligente y atrevida en su caminar, pero ella volvió a sonreír y el temor se fue volando junto con los pájaros de la plaza en donde estaban sentados en la sombra fresca.
Siempre vivió con miedo, miedo de vivir. Pero esta vez pensó que sería bueno comenzar a reír otra vez.
Se sintió extrañado que una mujer así estuviera sola o a los dos les pasaba lo mismo, esperaban que el destino disponga la persona justa para sus vidas.
Sintió ganas de acomodarse en su regazo, acurrucarse en ella y sentir que su hermoso pelo cayera como una cascada en su rostro, para dormitar en sus brazos, sin pesadillas ni temores.
Pero el tiempo pasó, el mediodía pasó, cada uno volvió a sus tareas cotidianas prometiéndose verse en otro momento para seguir charlando. No sabía si volvería a verla, el destino se encargaría de eso, pero si eso no pasaba, podía decir que una princesa de un cuento de hadas le sonrió.
Al despertarse se dio cuenta que era solo un sueño, intentó dormir para volver a encontrarla pero fue en vano. Se quedó mirando el techo el resto de la noche, pensando en la mujer de sus sueños.

2 comentarios:

  1. muy muy tierno!!! existe esta mujer?'' si es asi....te transmitió paz, no Gabriel?. Siempre se puede volver a empezar y siempre se puede volver a sonreir, el amor puede estar a nuestro lado, y los sueños pueden hacerse realidad...ojala la próxima vez escribas que tus sueños se han hecho realidad....

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    1. claro que existe, pero tu tendrás que ver donde empieza la realidad y termina la fantasía o viceversa, son los riesgos de leerme. Gracias por pasar

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