miércoles, 22 de abril de 2009
MANOTA
Le decían Manota, cruel y al mismo tiempo cariñoso era el sobrenombre que tenía el niño. Desde pequeño, el crecimiento de su mano derecha había sido mucho mayor en comparación con la izquierda. Pero esta condición para nada le quitaba el ánimo, siempre afectuoso y ocurrente. Solía decirle a la gente, que si lo necesitaban para matar mosquitos, o sacar el humo del cigarrillo de una habitación, que lo llamaran, que seguramente iba en su bote remando a mano, para así llegar más rápido, aclaraba el.
Su padre, un hombre con poca inteligencia, pero mucha practicidad, le enseño que las dotes y capacidades que cada persona poseía, solo provenían de la perseverancia sobre el fracaso.
Así que, considerando que su mano enorme le iba a acompañar a todos lados, aprendió a utilizarla del mejor modo posible.
Un ejemplo destacado, era cuando jugaba a la pelota con sus amigos, siempre lo elegían de arquero, creyendo que tendrían aun ventaja a favor con su manota.
Pero Manota, con el tiempo se dio cuenta que al levantar la mano, para atajar la pelota lanzada por el jugador contrario, tapaba toda la visión con su manota y no veía la pelota, que indefectiblemente, pasaba inadvertida por el susodicho arquero, solo restaba escuchar el festejo del otro equipo.
A pesar de todo lo que sucedía, sabía sobrellevarlo de manera muy elegante.
Decía que tapaba el sol con su mano, para no encandilarse, y justo en ese momento, pasaba la pelota.
Claro que todo esto, le ocurría a un niño d e10 años, digamos que tuvo que crecer un poco de golpe, junto con su mano. La gente a su alrededor siempre era un sinfín de preguntas, cuando no lo conocían y veían esa mano que era tres veces mas grande que la otra mano. Pero el decía que su manota era la normal, que la otra mano la pequeña, era la enferma pero que en algún momento algún médico encontraría la forma de hacerla crecer y que sean las dos parejas.
Las personas al ver ese sentimiento de confianza que tenía, se maravillaban por ese niño adulto, que los llevaba a un mundo en donde lo anormal se hacía perfecto, anormal porque así lo veían ellos, el niño veía lo contrario en su mano, era su compañera, su amiga, era su sombra. Y eso, lo hacía perfecto.
Gabriel
07/04/09
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