miércoles, 8 de diciembre de 2010

CAMINANDO

Con un suspiro tomó su bastón y comenzó a recorrer las calles cercanas, de a poco se llenó de coraje para hacer trayectos más largos. De noche en el hotel dormía mas de 8 hs seguidas, del cansancio que tenía, pero estaba felíz. 27 años tardó en volver a su infancia, las calles le resultaban familiares, veía las caras de las personas que pasaban rapidamente a su lado sin mirarlo y se preguntaba si en ese mar de gente habría algún amigo de la infancia, quiza una prima o hasta su propio padre. Núnca más volvió a capital , pero la Patagonia era ya su casa, su lugar en el mundo. Del cual le costaba horrorres desprenderse.

La gente sigue pasando a su lado, caminan rápido, como si su vida dependiera de eso, histéricos y enojados con la vida que llevan. Ellos no se imaginaban la cantidad de imagenes que cruzaban por su mente, lagos y ríos. La soledad del bosque y el silencio de la montaña. Jamás en sus vidas podrían en su mente imaginarse todo eso, pues ya no tienen imaginación. Hace mucho tiempo sucumbieron al ruido y la vorágine de la ciudad, esa ciudad que destruye los sentidos, los adormece a tal punto que no son capaces de articular un "buen día" al establecer alguna venta comercial callejera.

Mientras miraba a un hombre que en la calle lavalle voceaba..."llegaron las robóticas para leeeer", un mensaje de texto del sur, entró en su celular y la frescura de su ciudad se apoderó de su cuerpo y su corazón, era unas simples palabras, palabras desconocidas para el resto de la gente que seguía pasando y esquivandolo maravillosamente sin tocarlo, palabras que no existen en el vocabulario porteño, pero para él era todo lo que simplificaba el amor de su gente y conocidos.

-¿seguís en bs As? ¿estás bien?

Esas palabras de sus amigos le daban fuerzas para soportar los 15 días que deberia esperar los resultados de sus tumores, la vida sigue, solo hay que darle batalla.

Tomó nuevamente su bastón y con un suspiro mucho más largo y con pasos más cortos por el dolor y el cansancio, se encaminó hacia Plaza Roma, la plaza de su infancia.



Gabriel

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